Crea tu propio algoritmo

Nuestro cerebro no está preparado para procesar toda la información que absorbemos cada día. Por eso, organizar y estructurar nuestros pensamientos se vuelve esencial para poder avanzar. Pasar tanto tiempo mirando el móvil nos ha hecho más improductivos, perezosos, ansiosos y, a veces, incluso desesperanzados.

La psiquiatra española Marian Rojas Estapé describe el consumo excesivo de información visual como una “droga visual”, y la verdad es que estoy completamente de acuerdo. Dejar que el teléfono controle tu tiempo y no dedicar el necesario a otras actividades es un problema que debemos reconocer.

Estoy convencido de que es crucial llevar una agenda diaria, desconectar de las redes por un tiempo y enfocarnos en el presente con actividades que fomenten el pensamiento crítico y liberen endorfinas, como el ejercicio. A los padres de pequeños: dejen el teléfono a un lado, tómense fotos de sus hijos, pero no permitan que el móvil les robe la oportunidad de verlos crecer.

Seamos sinceros, las personas que realmente te aprecian no van a contactarte solo a través de una red social. El verdadero aprecio se construye al compartir momentos, y eso tiene mucho más valor cuando se hace en persona que a través de un “me gusta”. Un “like” lo puede dar cualquiera, es instantáneo; en cambio, el tiempo de calidad es algo que solo unos pocos pueden ofrecernos.

Recientemente tuve un “aha moment” donde me di cuenta que tenia que crear mi propio algoritmo y limitar mi tiempo a las pantallas, consumir informacion al azar me estaba trayendo malestar al final del dia.

Si no lo has notado, en las redes sociales puedes ver lo que comparten personas que fueron parte de tu vida en momentos específicos: el colegio, la universidad, antiguos trabajos… ¿Pero por qué seguir viendo sus historias a diario si esas personas ya no forman parte de tu rutina? Es más saludable poner tu energía en nuevas conexiones, en personas que realmente estén en tu presente. Como mencioné antes, esto solo se logra dando el tiempo y la energía adecuada. No se trata de eliminar viejas amistades, sino de reflexionar sobre quiénes realmente forman parte de tu vida ahora. Un “like” o un comentario no es lo mismo que una amistad real. A lo largo de los años, hemos confundido estas interacciones digitales con una verdadera conexión.

Ser rebelde y astuto hoy en día significa crear tu propio algoritmo, gestionar tu tiempo de manera consciente y, sobre todo, vivir el presente. Es como regresar a los 90, pero con la opción de conectarnos solo cuando lo necesitamos.

Es fundamental aburrirse, hacer cosas manuales, escribir a mano, cocinar, hacer tareas en casa, tomar el sol, hacer ejercicio, leer… todas actividades que no tienen nada que ver con estar mirando cosas a través de una red social.

A mí me ha funcionado desconectarme, y por eso quiero compartir mi experiencia. Nuestra mente es perfecta, creativa e ingeniosa, pero depende de lo que consuma para reaccionar. La corteza prefrontal, esa parte del cerebro encargada de funciones complejas como la toma de decisiones y el control de impulsos, puede verse afectada si dejamos que absorba información sin sentido, impuesta por los algoritmos. Si permitimos que nuestra mente se llene de datos irrelevantes, no estará alineada con nuestros objetivos.

Antes se decía que somos lo que comemos; hoy, también somos lo que consumimos en términos de información. Fuera de las redes hay personas y situaciones que realmente merecen nuestra atención. Busca en las redes la inforacion que necesites y luego sigue con tus esquemas. Una de las cosas que más da satisfaccion en la vida es el comletar tareas y si dejas que el telefono te quite muchas horas, vas a quedar mentalmente cansado para seguir con tus cosas.

Parece simple el dejar el movil a un lado, pero no lo es, ya que en los ultimos años lo hemos tenido pegada a nuestras manos. Toca desaprender e ir apartando poco a poco nuestra vista de esa pantalla rectangular.

Abajo el video de la maestra en esta area. Sin desperdicio!

Me gustaria saber tus comentarios.

Con cariño,

Una servidora!

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