
¿Le ha pasado que últimamente está teniendo problemas con otros o lleva un tiempo en esto? Sus inconvenientes pueden darse con: vecino, jefe, compañero de trabajo, dueño de negocio, funcionario público y la lista sigue y sigue.
Es probable que usted tenga una dosis elevada de rabia –que eso le puede pasar a cualquiera- y no la ha drenado adecuadamente, así como, es probable que este descuidado, e ignore el mensaje de otros, y por ende, tenga problemas seguidos de comunicación.
Mucho se ha hablado de la gente tóxica: el libro de Bernardo Stamateas, ha sido un éxito en ventas. Yo lo he leído, es un gran libro. El título es súper atractivo, ya que cuando se escucha la palabra de gente tóxica, siempre el problema es ajeno a nosotros. Siempre son los demás, ¿pero yo? ¡No, para qué! Yo siempre estoy bien.
Lamentablemente las relaciones humanas son difíciles. Tantas guerras o malos entendidos que pueden evitarse con solo ser precavidos y atentos. Eso de “a mí me tienen que aceptar como soy” es frase de muchacho rebelde sin causa, esta actitud lo que trae son problemas, ya que nadie quiere lidiar con personas caprichosas – hasta los padres se cansan- malhumoradas, que se imponga lo que ellas digan, y que por sobre todas las cosas no escuchen al otro.
Seamos sinceros: tener problemas con otras personas no es agradable; deja un mal sabor y opaca el momento, una celebración, una reunión laboral, lo que sea. No solo eso, al usted ser agresivo y contestón todo el tiempo coloca a su acompañante en una situación incómoda y/o embarazosa y de paso lo catalogan como un sujeto “problemático”.
No importa la edad que usted tenga, siempre se puede evitar un mal momento o un mal entendido al estar atentos a lo que ocurre a su alrededor.
Si usted es un sujeto observador podrá percibir rápidamente en qué humor se encuentran las otras personas, y ese el momento para adaptarse. No todos los días quien lo atiende en la cafetería estará de buen humor, si usted percibe stress o atropello no le agregue leña al fuego con una actitud más agresiva, usted ignora qué puede estar viviendo el señor que le está preparando el café, más bien quédese tranquilo, y diga para usted: “hoy este sujeto esta alterado, yo no tengo porque alterarme, yo estoy tranquilo” y así se irá con su café, o se irá a otro lugar a comprar otro. Parece mentira, pero comenzar su día de mal humor, por no percibir como se encontraba la persona que lo estaba atendiendo es no prestarle atención a lo que sucede a su alrededor. Sea visual y no deje que otros quieran controlar su ánimo o mucho menos contagiarlo con el negativismo.
Otra situación muy común es tropezarse con personas que ya perdieron la esperanza, que no pudieron superar el miedo, o que muchas veces les ha tocado situaciones muy complejas de superar. Algunos renacen, otros se quedan en la queja y comienzan a vociferar una y otra vez, que es difícil esto, que la crisis económica es muy compleja… y ahí viene el dilema: ¿qué rol se juega en esos casos? Es muy complejo cambiar a otra persona, hacerle entender que tampoco los escenarios pueden verse tan negros. No es algo que usted pueda hacer con solo darle ánimo e invitarlo a mejorar, para eso se necesita terapia, y suelen ser muchas sesiones. Lejos de salir corriendo: escuche su lamento sin dejar que lo afecte. Mírelo a los ojos y despídase con cariño, a lo mejor el panorama algún día le cambie a esta persona. Recuerde algo: estas personas han tenido sus cuantas decepciones en la vida, para que usted también los haga sentir mal. Al ser atentos diagramamos rápidamente con quien nos toca hablar, y se ajustan los temas de conversación. Por ejemplo: hablar de finanzas y libertad financiera no es un tópico muy amable para quien vive de quincena en quincena. Las conversaciones van a ir cambiando en la medida de quien se nos presente en el camino. Cuando te encuentres con un sujeto con sus canas bien puestas y que coordina muy bien sus anécdotas y maneja información de texto y calle, presta atención, pueden ayudarte a visualizar el panorama de algunas cosas sin habérselo pedido. La experiencia de otros siempre suma al aprendizaje.
I No espere cosas de otras personas
El gran escritor inglés William Shakespeare le dejó a la humanidad una de sus más famosas reflexiones: “siempre me siento feliz, ¿sabes por qué? Porque no espero nada de nadie; esperar siempre duele. Los problemas no son eternos, siempre tienen solución. Lo único que no se resuelve es la muerte. La vida es corta, por eso ámala. Se feliz y siempre sonríe, solo vive intensamente. Antes de hablar, escucha, y antes de escribir, piensa”.
Bueno, después de mencionar esto solo que me queda agregar que hay que ser independientes hasta para ser feliz. No esperes que otros te aprueben, apruébate tú, cómprate flores tú, lleva alegría a donde vayas, emprende nuevas cosas, porque si esperas es posible que te quedes esperando. Además, es nuestra tarea ser feliz: esa tarea no podemos asignársela a otros, ya que si nos fallan se derrumba todo. Es lindo compartir y que te den regalos, atención, buenos momentos; cuando lleguen amistades sinceras y una pareja que realmente te aprecie, atesóralo con todo tu ser, porque no es el denominador común.
II Sea cordial, así no le correspondan
Las normas de cortesía no deben perderse. Sea cordial, salude, eso atrae cosas positivas. Se encontrará con personas que detestarán su actitud, pero al ser usted cordial le estará dando una lección de etiqueta y respeto al no caer en su juego. Por otro lado su paz y buen humor les traerá alegría a otros, y querrán conversar con usted, contarle anécdotas, y no se extrañe si lo inviten a comer una suculenta cena o le confiesen una intimidad que esta demás.
III Evitar dar ese montón de sugerencias o consejos
Quien quiera saber tu opinión te la va a pedir o lo va a insinuar. De lo contrario, para qué darlas. A veces es mejor que ese amigo tuyo siga siendo un poco desordenado pero que siga siendo tu amigo. Como dije nadie está en la capacidad de cambiar a otros. Cada quien decide cambiar sus hábitos o formas de comportamiento cuando los planetas en su cerebro se alinean, cuando Dios se manifiesta en ellos, cuando los rayos de la madurez tocan la puerta. Así que no presione a otros.
IV Aléjese de las personas envidiosas
¿Cómo las distingues? Siempre andan hablando pestes de otra, y ese es su tema central. Eso es mucho trabajo, es mejor que se aleje. Trate a esta persona con respeto y tranquilidad. Pero no caiga en su juego, no se gana nada, no se hablan de ideas, se hablan de otros seres humanos. Y todos sabemos que nadie es perfecto.
V No se acostumbre a dar explicaciones
A muchas personas no le interesan sus explicaciones, déselas a las personas que realmente valga la pena, y a lo mejor, en el fondo tampoco le interesan. Vivir excusándose no es bueno.
VI La máscara o sacar mi verdadero YO
Los japoneses utilizan el término de la máscara, o el comportamiento que la sociedad espera de ti (Tatemae (建前). O sea ellos a todo el mundo le hacen pequeñas reverencias y parecen unos seres totalmente inofensivos, pero a mí no me engañan, ellos deben tener su temperamento, porque o sea, los samuráis y las artes marciales son de esos lados. Yo estoy segura que cuando lanzan su grito de rabia lo hacen a puertas cerradas, capaz y hasta dividen con el borde de la mano un trozo de madera. ¿Qué se puede aprender de esto? Simple: cuando vaya a ser usted mismo, hágalo a puertas cerradas. No divulgue su esencia de buenas a primeras, sea reservado, se trata de llevar la fiesta en paz. Maneje los conflictos con inteligencia y que lo mejor de usted se lo lleve quien realmente lo aprecie. A veces queremos ser muy buenos, y esto trae como consecuencia querer que otros recompensen nuestra acción. Si va hacer bien no mire a quien, y si algo le molesta defienda su punto con la mayor educación. En pocas palabras, tenga su máscara a la mano, ser un libro abierto puede ser contraproducente. Nunca sabemos de buenas a primeras con quien estamos tratando.
Recapitulando y concluyendo: cuando una misma persona tiene problemas con varias a la vez, no son las otras. Esta persona ha dejado de estar atenta, ha ignorado los detalles, ha esparcido su rabia –y recogerla cuesta– no se ha puesto la máscara, y ha sido un poco ingenuo. No vinimos con un manual al mundo, pero sí podemos hacer un alto y mejorar. Tu mejor oportunidad comienza todos los días, y pasar desapercibido en la corriente sin problemas o controversias a veces puede ser lo mejor que te puede pasar. Ser especial es para unos pocos, y seamos honestos, ya el mundo tiene una dosis grande de rabia. Ayudemos a restarla.
Por eso al salir de su casa, bendiga su día, sea cuidadoso, lleve una agenda en su teléfono o de forma tradicional para no desviar sus compromisos. Sonría y por sobre todas las cosas no caiga en la telaraña de otros. Sea astuto y concéntrese en lo que es realmente importante.
One response to “Inteligencia emocional: tu mayor arma”
[…] A mi al pasar los años me da mucha risa las personas que se molestan con otras; es como que ignorarán que molestarse con otro en el fondo es darle importancia, y tambien es sinonimo de poca autoestima… para que dejar que otra persona te saque de tu naturaleza? Es fácil Es simple llevársela bien con otros, solo preste atención. […]
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